Tras la época romana, la ciudad se
convirtió en el centro del reino de Borgoña (470-474 y 534), lo que la localizó
en el centro del Renacimiento carolingio. Fue en los
tiempos de Carlomagno, cuando Lyon pudo encontrar la serenidad y la
prosperidad necesarias para crecer y convertirse de nuevo en referencia
estratégica y comercial. El dúo
clásico de la administración carolingia, el conde y el obispo, funcionó a la
perfección. Pero tras la desintegración
del imperio, Lyon quedó aislada de la Francia Occidental, a la postre origen de
la Francia actual. Es decir, que durante los sucesivos desmembramientos del
reino, Lyon quedó del lado de la Haute Bourgogne. Ya en los siglos IX y X, Lyon es víctima de
incursiones y saqueos por parte de los normandos la remontando el Ródano, y en
911 por los húngaros hicieron estragos en toda Borgoña. Ante toda esta
situación, Lyon quedó a la deriva quedando bajo la soberanía de una variedad de
reinos que la reclamaron en los años venideros.
A mediados del siglo XII, estaba gobernada por
los condes Forez y Roannez, quienes regían bajo la soberanía del emperador de
Alemania, aunque de una forma puramente nominal. La distancia propició que los condes y
arzobispos se disputaran la autoridad en la ciudad. Hasta que en 1173, el arzobispo
de Lyon fue reconocido por emperador, como poseedor de los derechos soberanos, lo que llevó a los lioneses a
distanciarse del Conde de Forez, y, lo que dejó en manos del poder eclesiástico
el gobierno de la ciudad. Con ello el arzobispado poseía el derecho a la
justicia, el derecho a acuñar moneda y derecho a formar tropas. Todo ello quedó
recogido en un tratado final, que establecía la división de las tierras y derechos:
el arzobispado se mantendría como el único dirigente en Lyon, sin poder compartir
su poder con los condes canónigos de Saint-Jean.
Bajo esta nueva tutela, la población lionesa
creció sobre los barrios actuales de la Presqu’Île (1er y 2ème arrondissements); crecimiento que estuvo tutorado por los mercaderes
de la ciudad, aunque éstos se exasperaban con las exigencias feudales o las del
arzobispo o las de los canónigos. Dichos
gravámenes provocaron que, dado que muchas ciudades poseían cartas francas
de comercio, como por ejemplo Forez y Beaujolais, ciudades más pequeñas que
Lyon, la actividad comercial se desplazara hacia estos núcleos, ya que les
brindaban mayor autonomía. La sensación fue que los lioneses encontraron que,
de nuevo, su ciudad quedaba de lado viendo como la prosperidad y la actividad
comercial se desplazaba.
Evidentemente, los burgueses y comerciantes
lioneses no estaban satisfechos con esta situación, quienes les costó más de un
siglo lograr su independencia. La cual se veía amenazada ante una probable
situación de ‘desaceleración económica’. La reacción por su parte no fue otra
que revelarse en contra de sus señores. Bajo el lema de la ciudad, "En avant Lion le melhor",
grito de batalla de los lioneses de 1269, saquearon bienes y masacraron campesinos,
bajo la tutela de los canónigos de Saint-Just y Saint-Jean. Además, resulta
anecdótico que el municipio haya conservado cuidadosamente este lema como advertencia...
Ya en 1292, y tras apelar al rey Felipe IV el
Hermoso, éste tomó a Lyon bajo su protección: anexionándola al reino bajo la
figura de ciudad estado. Para ello confiscó al arzobispo algunos de sus poderes
para impartir justicia. El Arzobispo,
a su vez, entregó los poderes administrativos a los burgueses. Todo esto lleva que ahora la ciudad queda gobernada
por "commune" (Syndical), constituido por comerciantes burgueses, elegidos
entre los notables y las familias ricas de Lyon.
Y finalmente, en 1312, Lyon se convierte en territorio
del reino de Francia, mediante el tratado que se celebró entre el municipio, el
arzobispo y el rey. Lo que volvió a provocar
un cambio en su gobierno, el cual quedó en manos de "los burgueses
del rey", categoría especial de sujetos que, exigían justicia en nombre del
rey, alcanzando su apogeo bajo Felipe el Hermoso. En verdad, se puede decir que
los “burgueses de rey” fueron los primeros en tener un estatus legal similar a
la del ciudadano moderno actual.
A la par que todo este devenir de
acontecimientos, Lyon fue sede importantes dos concilios, con largas estancias de
los Papas.
- en 1245 en la Catedral de Saint Jean, la cual se encontraba en fase de construcción, se pronunció la excomunión del emperador Federico II de Hohenstaufen;
- el segundo convocado por Gregorio X en 1274, tenía la intención de restaurar la unidad de Iglesias de Oriente y Occidente, y la celebrar la cristianización de los tártaros.
- En 1305, Lyon dio la bienvenida el Papa Clemente V, quien se coronó en Saint-Just.
Para la Guerra de los Cien Años (siglos XIV / XV)
la ciudad experimentó la escasez de alimentos y la destrucción y propias de la
época. Además, la peste negra de 1348,
que asoló Europa durante tres años, redujo en un tercio la población.
Una depresión económica agudizó la precaria
situación de la ya maltrecha ciudad, la cual pudo recuperar su equilibrio
demográfico y de prosperidad en la segunda mitad del siglo XV.
A finales de la Edad Media, Lyon volvía a ser
una ciudad próspera.
Próximamente, el Renacimiento.
P.D.
Quizás la dicción sea un poco telegrama o poco hilada, pero hijos míos, probar a meter 1000 años en 1000 palabras, a ver como hacéis para que salga algo hilado...
P.D.2
A la memoria de Luis I.Ch., amado y querido abuelo, nunca te olvidaremos. RIP


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